Cualquier procedimiento quirúrgico conlleva riesgos para el paciente. Pero hay algunos cuidados que debe tener para evitar otro tipo de peligros. Por eso en la clínica de cirugía estética en Albacete te explicaremos la importancia de una buena nutrición antes y después de una cirugía.
¿Por qué es importante la alimentación saludable?
Estar bien alimentados es primordial para tener una vida sana. Mantener una dieta balanceada en la que obtengas todos los nutrientes te trae múltiples beneficios. Consumir aminoácidos, azúcares, vitaminas y ácidos grasos permite tener energía y agilidad. Favorece el rendimiento en las actividades físicas o deportes, te conserva joven y te da equilibrio psicológico y emocional.
Comer sano también fortalece el sistema inmunológico y disminuye la posibilidad de que contraigas enfermedades. La nutrición se define como el proceso en el que el organismo asimila los nutrientes que le damos a través de los alimentos. Los absorbe mediante la digestión para que lleguen a la sangre y a las células.
Por lo que, tener una nutrición adecuada depende de que consumas los grandes grupos de alimentos. Ingiere cereales, tubérculos, frutas, verduras, productos de origen animal y leguminosas. Es decir, el organismo necesita tener diariamente carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua.
Una alimentación equilibrada se basa en una armonía energética y nutrientes, que se combina con alimentos de todos los grupos en cantidades justas. Cabe destacar que cada persona tiene necesidades diferentes, todo depende de su peso y el tipo de actividad física que ejecuta.
La evaluación nutricional comienza con la elaboración de la historia clínica del paciente. La revisión incluye el examen físico, indicadores antropométricos, bioquímicos y distribución de grasa. Esta información es trascendental para entender la condición del enfermo y desarrollar el plan para el cuidado de su nutrición. Todos los procedimientos hasta las cirugías mamarias necesitan estos datos.
Consecuencias de una mala alimentación
Un fallo en la nutrición origina fatiga por el agotamiento de las fuentes de energía. Además de un sistema inmune débil. Todo esto puede desencadenar en enfermedades crónicas como cáncer, diabetes, hipertensión, colesterol alto y obesidad. Lo ideal es combinar una dieta balanceada supervisada por un experto con ejercicios.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud unos 2,7 millones de personas mueren al año por una mala alimentación. El exceso de grasas saturadas, azúcar y sal, así como cocinar frituras y rebozados son hábitos que afectan en demasía la salud.
Mientras que la comida rápida provoca la aparición de bacterias carcinógenas porque son ricas en azúcares y grasas al igual que los alimentos precocidos. Una mala nutrición no solo afecta el sistema inmunológico, sino que altera el desarrollo físico y mental. Reduce también la productividad y la calidad de vida.
Estos problemas se dan por la falta de elementos nutricionales y por el exceso de estos que producen la obesidad.
La alimentación saludable debe incluir los diferentes grupos de alimentos para ser completa, es necesario consumirlos proporcionalmente para que sea equilibrada. Cubrir las necesidades nutricionales para que sea suficiente y adaptar la ingesta a la salud de la persona para que resulte adecuada.
Importancia de una buena nutrición antes y después de una cirugía
La importancia de una buena alimentación es básica para que a la hora de someterte a alguna operación tengas una buena recuperación. En esta el cuerpo es expuesto a cambios inflamatorios y metabólicos que requieren que tenga una adecuada defensa. Tu médico debe indicarte cómo prepararse para una cirugía.
Si el paciente está mal nutrido corre el riesgo de tener complicaciones durante y después de la cirugía. Es conveniente llevar una dieta saludable en todo momento, pero sobre todo en el periodo que precede la operación y el posterior. De esta forma el restablecimiento será el apropiado. Se acortará el periodo de incapacidad.
Al presentar mal nutrición se corre el riesgo de contraer alguna infección. Así como la extensión de la permanencia en el centro de salud. También afecta la curación de la herida. Pueden aparecer lesiones en la piel (úlceras de decúbito) y aumento de bacterias que complican la regeneración del tejido.
El estado nutricional previo a la cirugía debe ser óptimo para garantizar que el paciente tenga masa muscular. Que la función inmune y la cognitiva sean las requeridas para lograr una exitosa recuperación.
En el caso de las lesiones deportivas que requieren cirugía la nutrición juega un papel fundamental. El atleta debe cumplir con la alimentación balanceada para que su rehabilitación sea más rápida. Estar bien alimentado ayuda a cicatrizar las heridas y a fortalecer los huesos y músculos.
El 80% tiene deficiencias de nutrientes y el 10% están clínicamente desnutridos lo que preocupa a los expertos. Además, estudios señalan que el 50% de los estadounidenses están deficientes de vitamina A, C y magnesio. Al momento de llegar a un centro hospitalario el 40 % está desnutrido.
Consecuencia de la malnutrición
Las consecuencias de la falta de nutrientes pueden ser fatales en algunos casos. En principio provocan más dolor, infecciones y otras complicaciones. Lo que aumenta los gastos hospitalarios siendo un mal prevenible.
Algunos pacientes con mal nutrición que logran el alta generalmente tienen algún problema luego de su salida. Estos vuelven al hospital en un lapso de un mes. Por lo que es preferible que cumplas con las pautas dietéticas antes y después de la intervención quirúrgica.
Entre las otras consecuencias de la desnutrición tenemos que puede haber una disminución de la respuesta inmune. Igualmente produce trastornos del transporte plasmático de los fármacos.
Tienden a aparecer edemas, se produce la abertura espontánea de la herida (dehiscencia de suturas), atrofia muscular. Incluso el retraso en la consolidación del callo en el caso de fracturas o una débil rehabilitación. Además de la aparición de hipotonía intestinal y atrofia de la mucosa.
Recomendaciones nutricionales
Antes y después de la cirugía los pacientes deben consumir más proteínas que ayudan al fortalecimiento del sistema inmunológico y el funcionamiento cerebral. Se debe asegurar la ingesta de un gramo de proteína por kilo corporal diario. Estas ayudan a la proliferación de fibroblastos que forman los vasos sanguíneos y producen colágeno para la cicatrización.
Las fuentes más importantes de proteínas son las carnes magras, pescado, huevo y vegetales, derivados de soya y quinoa. También se recomienda tomar suplementos de omega 3, consume un mínimo de tres cucharadas. Potencia las dosis de ácido fólico, hierro y vitamina B12 para evitar la anemia, con esto baja el riesgo de necesitar transfusión sanguínea.
También fortalecen las defensas las vitaminas A, C y E. Come zanahorias, calabazas y frutas, aceites vegetales y germen de trigo para asegurar el aporte de la A y E. La C es vital para la cicatrización por eso se recomienda ingerir un gramo diario.
Mientras que el zinc, selenio, magnesio y el hierro se deben controlar en las dietas de los procesos pre y postoperatorios. Consume frutos secos y legumbres, así como mariscos, huevos y levaduras cultivadas. La dieta equilibrada ayuda a compensar la pérdida de sangre en la operación. Protege de las infecciones, eleva la energía y repara los vasos sanguíneos, huesos y músculos.
Antes de la cirugía estética
Todo esto se tiene que complementar con los chequeos médicos previos y posteriores a la intervención, como una reducción de estómago. Es importante que el paciente informe a su médico tratante todos los antecedentes de problemas de salud, especialmente si son cardiovasculares.
Al momento de la cirugía realiza una lista de los medicamentos que tomas, debes estar en ayuno de al menos ocho horas. Además, contar con la evaluación preoperatoria. Despeja las dudas que tengas con el especialista y recuérdale si eres alérgico a algún medicamento.
Las cirugías de mayor riesgo en casos de desnutrición son las maxilofaciales, traumas en la cabeza, quemados, anorexia.
Pero para evitar al máximo estos problemas se le da al paciente el soporte nutricional postoperatorio. El tratamiento médico se aplica para ayudar a la regeneración de los tejidos dañados, como los tisulares y epidérmicos. Favorece la cicatrización y previene las reacciones adversas de algunos medicamentos.
Lo que debes evitar
Debemos tomar en cuenta que con una cirugía hay factores que pueden verse afectados por algunos alimentos. Estos pueden perjudicar la anestesia, tiempo de sangrado, curación y la función inmune, por lo que tienes que evitar consumirlos antes de la intervención.
Los ricos en azúcar pueden frenar la función inmune y provocar inflamación. Una semana antes elimina la vitamina E, K, C y B porque afectan la anestesia y el tiempo de sangrado. Tampoco ingieras alcohol ni cafeína.
El día antes de la operación cena tres horas antes de dormir. Consume alimentos fáciles de digerir, dejando de lado las grasas.
En el proceso postoperatorio la hidratación es vital, apóyate además del agua con zumos e infusiones sin azúcar. Si la orina es amarilla y densa aumenta la cantidad de líquido.
Con la indicación de antibióticos es bueno consumir yogurt con bifidus para proteger la flora intestinal. Otros estudios indican que añadirle a la dieta nutrientes especiales provoca respuestas positivas en el organismo minimizando las complicaciones. Incluyendo a los pacientes con valores nutricionales normales.
Si estás pensando en someterte a algún procedimiento médico al pedir cita con nosotros tendrás toda la información a la mano. Conocer la importancia de una buena nutrición antes y después de una cirugía será determinante.
Fuente Infográfica